Desde hace muchos años, existe un debate abierto entre los partidarios y los detractores de las nuevas tecnologías en las aulas. Existen muchas razones por las que utilizarlas y otras tantas para no hacerlo, pero como docentes debemos partir de una sencilla premisa: qué es lo que necesita nuestra clase. Esto quiere decir que la teoría está muy bien, pero luego hay que aplicarla a la vida real y, creo que es ahí donde mucha gente acaba desencantada de las TIC.
Los recursos informáticos y audiovisuales requieren de un análisis de nuestro alumnado, de sus necesidades e intereses y de que podamos contar con un equipo decente, claro. Leyendo el libro Nuevas tecnologías de la información y de la comunicación aplicadas a la educación, me he dado cuenta de que las posturas radicales no valen en este campo, se puede utilizar un proyector en un momento dado sin temor a ser esclavizados por la máquina. También se puede utilizar siempre la informática en clase sin temor a que los niños cojan un lápiz de vez en cuando, que conste.
Todo es cuestión de organización y trabajo docente, si planificas cómo vas a enfocar la clase y cómo se puede integrar en el tema que estás dando, un vídeo, un CD, un programa informático, puede ser nuestro aliado. Además, contamos con la gran ventaja de que los niños ya no nacen con un pan bajo el brazo, sino con un iPod, así que están más que acostumbrados a manejar aparatejos.
Pero como todo en esta vida, lo poco gusta y lo mucho cansa, de manera que hay que medir el grado de intervención de los recursos digitales para no ser pesados. Personalmente, creo que los medios informáticos y audiovisuales pueden ayudarnos a hacer del centro un lugar donde se aprenda, ya sea con un usb o con el Bic de toda la vida.
Libro recomendado:
Título: Nuevas tecnologías de la información y de la comunicación aplicadas a la educación
Autores: Ríos Ariza, J. M. y Cebrián de la Serna
Editorial: Aljibe
Año de publicación: 2000
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